MENSAJE DE SAN JUAN
Las dos hermanas de Inelda y una prima, se concentraban en ahuecar media docena de naranjas amargas, calar en la cáscara cuatro rombos y lograr un prolijo serrucho en toda la circunferencia del borde. La idea era adecuarlas, obtener seis porta velas y, esa noche, ubicar, cada una de estas luminarias en las ventanas que diesen al frente. Estaban reunidas en torno a la mesa. La cocina de leña crepitaba y sobre el sutil olor de la leña, y el del humillo débil que a veces se escapaba por las junturas de grueso hierro, el invasivo del dulce de naranjas que cocinaban aprovechando el fuego encendido, no pasaba inadvertido, aunque más noble y ligero, el de la canela que llevaba en su cobertura el pancuca en el horno. El pan dulce para el día siguiente, domingo, día de San Juan, y en agasajo al padre que llevaba el onomástico del santo y quien lo celebraba con especial disposición cada año [...]
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