AGOSTO [poema]
Julio prepara la tierra con las heladas,
la sojuzga con su saña de fríos,
para que agosto pueda darle al aire
esa vibración gris
de cerros brumosos
que el hombre exacerba
con las quemazones...
Los vientos, los soles
secan los caminos,
bruñen sus huellas granates,
hasta que parecen,
de lejos, dos bandas de esmalte brillante
mientras suben y caen,
mientras llevan y traen,
las mañanas, las tardes...
Agosto de agobiados aires,
de díscolos vientos,
de opacos follajes
o de ramas desnudas,
de campos blanqueantes (pulcros),
de soles –esferas de sangre–
que mueren ahogados
en cauces de humo sobre el horizonte.
Para quien sepa verlo
dará agosto,
en signos de naturales ciclos,
primicias de resurrecta vida
Un cauto Sol,
que de a poco alarga sus horas,
las ventolinas templadas,
algún duraznero de anticipadas flores,
la copa –montaraz hoguera–
feliz del lapacho...
Murmullos de seno ubérrimo
Sitial de vida renovada
será agosto...
AGOSTIMIA [delirium pre primum veris] [poema]
paños de tules desde un cielo de celeste desleído, acenizado,
un airecito ondeante acariciaba el rostro como una gasa tibia,
cercado fucsia rabioso de azaleas bordeando la avenida...
la bruma sosegada difumando las lomas y el bajío
ya umbroso de copas y techados con luces de zinc.
El sol —naranja de invierno— cayendo en sangre a una noche menos larga,
y, cuando el primer asomo de crepúsculo,
cielo todavía claro, sobre la silueta carbón de los árboles,
el retorno anuo de la gema del solitario,
lucero vespertino
que puede llevarme —ojo vórtice de diamante fulgurante—
al espasmo de otras vidas
en otros inviernos, en otras carnes que hoy ya duermen,
eras de fogatas y de hielos,
de certezas cósmicas sublimes…
Recién entonces advierto que es agosto, y una vez más
la antesala del ciclo indiferente del renuevo…